Magia tu Amor
Lo
declaré en mi cuerpo como si supiera que algo iba a quedar marcado allí para
siempre. “Que ocurra la magia, el amor, la vida..”. Algo de todo eso tenía que
ver con él. Y Así fue como la magia se apoderó de mí, de mi tiempo, de mi
ahora.
A destiempo se produjo el encuentro.
Mensajes tímidos, risas solventadas por el polvo mágico de una conversación
adentrada sobre perros y la alegría de una tarde de mates se contagiaba en las
horas que nos dedicábamos el uno al otro.
Hasta el momento, creía que el amor
tenía una única forma y que ya la había conocido, pero su cariño me demostró
que no. Existe otro cielo plagado de estrellas mágicas y varias lunas enamoradas
que acarician los cuerpos cuando uno duerme.
Una
de esas noches, él estaba ahí con su espíritu alegre, sus ojos achinados y sus
manos calentitas. Yo a su lado, propuse lo que vino después. Entre la timidez y
la poca distancia que quedó entre nuestras bocas, robé un beso de amor. Mi ser
se transformó, se llenó de colores mezclados y las luces en la noche se
volvieron cada vez más grandes.
Comencé
a creer que hay cosas que no tienen explicación. De a pacitos, nos dimos cuenta
que nuestro amor no es de este mundo, porque lo sincero y puro en esta tierra tiene
un precio. Hemos descubierto que la ruta que tomamos es la misma y tiene un no
sé qué de encanto. Los rayos del sol se traslucen en nosotros curando las
heridas del pasado. Hacia el mismo lugar nos dirigimos, siguiendo las señales que
los ángeles han dejado en el camino para protegernos. Y así vamos, de la mano,
juntos. Aprendiendo, sosteniendo, amando.





