domingo, 8 de mayo de 2016

El fortinero antisocial

Nada fue premeditado. La introducción a la gloria fue una viola, una bermuda de jeans y una remera de Gardelitos. En el barrio de Liniers la ternura se empezaba a ver. Recién llegada de un viaje y escondiendo una gran desilusión, aparecía el sol en todo su esplendor.
Atrevido e impulsivo, él se hacía querer. Con su carácter, algo ansioso y antisocial, llamaba mi atención. Todo es magia, todo es revolución en mi.
Quiero llevarte a lo más alto, donde no se diferencian los abrazos de los besos, donde no hay desamor. Quiero verte reir hasta llorar y gritar de la emoción. Quiero sacarte de esta humanidad donde la triste realidad te vuelve pasa de uva y no te deja pensar.
No me dejes caer en lo mundano, enseñame a amar, hazme soñar con la vida, con la música, con las flores, con el buen humor. Prende un fuego y no dejes que se apague jamás.
Muchacho de patillas y remeras embelesadas, robaste un beso de mi boca, tomaste mi cintura y conquistaste mi corazón. Ladrón de besos, no dejes de robar mi alma y pídeme que cuide de tí. Yo haré lo posible para no olvidar tu rostro cada vez que no te veo, haré lo posible para recordar tu perfume, tu piel, tu voz.


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